A las 10:30 horas estaban citados los jugadores para comenzar su trabajo, pero el inicio del entrenamiento se demoró. Vanderlei Luxemburgo quiso reunirse con sus jugadores para hacerles ver la trascendencia del choque, ellos recogieron el guante y, con posterioridad, se quedaron en el gimnasio, ya sin el técnico, para aunar ideas y esfuerzos y romper la mala racha de resultados de la última semana. Sólo existe una obsesión en el vestuario: ganar al Athletic.
Vanderlei Luxemburgo entraba pensativo en la Ciudad del Fútbol, en su cabeza sólo tiene una palabra: victoria. Celta, Lyon y Espanyol lograron que los puntos no se quedaran en el casillero del Real Madrid y le ha dolido, porque en el Club la derrota no es una costumbre, y por eso, aprovechando la visita del Athletic Club al Santiago Bernabéu, se quiere dar la vuelta a una situación que se considera no es justa con el esfuerzo y el rendimiento de cuerpo técnico y jugadores. A las 10:30 horas, en el gimnasio de la Ciudad del Fútbol tenía lugar el encuentro entre el técnico y sus pupilos. Una idea por encima de todas: unión y trabajo.
Después de cincuenta minutos, Luxemburgo abandonó, satisfecho, las instalaciones donde habían permanecido en compañía de sus colaboradores, intercambiaron impresiones y se dispusieron a preparar el entrenamiento. Entretanto, los jugadores, conocedores de la trascendencia del envite ante los bilbaínos,
quisieron hacer un aparte entre ellos. En el mismo lugar, y durante veinte minutos, continuaron conversando, intercambiando opiniones, centralizando los esfuerzos y queriendo mostrar que el vestuario está preparado para luchar por todas las competiciones. Los tres últimos partidos han escocido en el seno de la plantilla y sólo se piensa en ganar.
Raúl y LuxemburgoLa relación entre capitán y técnico es excelente, y el ‘7’ es su prolongación en el terreno de juego. Por eso, y una vez que concluyó la cumbre entre los futbolistas, en los que se conjuraron para ganar al Athletic, el técnico estuvo conversando con su jugador antes de que comenzara el ensayo. Ambos reman en el mismo sentido y son voces autorizadas dentro de un vestuario que quiere mejorar constantemente, como quedó demostrado en la sesión definitiva antes de encarar la cita liguera. Ganas, unidad, trabajo, ilusión, y sobre todo, darle una alegría a la afición fueron las principales ideas de los interlocutores durante una jornada que promete ser el inicio de una excelente racha de resultados.
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